Qué le puedes pedir a un hotel (de más) cuando estás en Formentera? Comodidad? Tranquilidad? Un buen desayuno? Desde hace tiempo la oferta hotelera de la isla-pequeña-de-las-Pitiusas ofrece variedad, calidad y el tema de la localización, en un sitio como éste donde cualquier rincón merece ser vivido como un regalo puede venir a pasar relativamente a segundo plano. Y digo ‘segundo plano’ pues creo que el Blanco Hotel es uno de los lugares que pueden sacarle partido a ésto si eres no sólo viajero solitario sino, además, te gusta llegar en bicicleta o andando a cualquier sitio. Y cuando digo ‘sitio’, hablo incluso de la playa de Ses Illetes. Por concretar…

Pero comencemos por el principio. Puede que no sea tu caso pero es posible que seas un/una de esos viajeros que valoran no sólo el confort sino determinada manera de entender el espacio y la luz cuando estás en un hotel. Éste es un tema del que hablar: el buen diseño invita incluso a trabajar mejor. Es mi opinión. Cuidado que aquí no sólo estamos hablando de sólo ‘diseño’ (se diseña el alma de un hotel? La manera de atender?) aunque en cierta medida, lo que vas a encontrarte en el Blanco, es algo que como su nombre indica rinde directo homenaje a un color indispensable en la isla. Soy, repito, de los que creen que la manera de entender la luz y el espacio en un sitio turístico cambia la concepción de incluso el tiempo (ahí no es nada), también del sabor (ojo, hablo de la percepción), y de ahí lo acertado o no de escoger determinada vajilla o iluminación en un restaurante. Un viaje es una manera de entender de otra manera el espacio y sobre todo ésto; el tiempo. Y, una vez más, tendremos a un hotel como aliado en este aspecto.
Creo además, que el viajero solitario es probablemente más sensible a ésto último pues cuando uno viaja solo lo hace muchas veces con la clara intención de ser espectador, de mezclarse de otra manera con el entorno y de, últimamente, incluso trabajar desde sitios que quieren sean su casa y a la vez no se parezcan en nada. Viajar solo es la mejor manera de convertir un destino en compañero… Gracias, por tanto, a Miguel Escolano, interiorista que ha sabido entender el espacio de este hotel apostando por el monocromatismo (o ausencia de…) y hace de ese blanco el protagonista de un hotel que fue bautizado con el mismo nombre y se ha convertido ya en uno de los iconos indispensables de la isla.

El reto del Blanco Hotel por tanto es doble: conseguir no convertirse en un espacio aséptico e impersonal: prueba más que superada gracias a muchas cosas, entre ellas a un personal entregado a la causa de hacerte sentir bien sin caer en excesos mediterráneos (tan del gusto de algunos) y, entre otras, a una manera magistral de entender la luz y el tempo de Formentera. El resultado ya es conocido: un hotel que lleva ya unos años proponiendo un ambiente sofisticado pero donde además se den cita los sabores y el pausado joie de vivre tan propio de esta isla en la que tantos han soñado quedarse a vivir. Sumémosle el estar sin estar demasiado en el núcleo de Es Pujols, el más turistificado de la isla, con todo lo que ésto supone y tendremos una propuesta sencilla, tranquila cuando ésto apetece, y cercana a un núcleo de bares y restaurantes abiertos hasta en Octubre, perfectos para cuando nos llama lo contrario.
Savoir faire
Sobre el tema del sabor me limito a recomendar que busquéis la calificación que se da en Tripadvisor al ‘Carmen by Blanco’. No soy muy amigo de los baremos de este tipo de portales pero creo que cuando la unanimidad grita de esta manera, poco hay que argumentar. La carta del restaurante sabe combinar sabores locales con platos frescos y con el punto justo de vanguarida. No faltan los tartares con tomate de Formentera o tablas de queso de la isla. Que el restaurante de un hotel se haya convertido en uno de los predilectos de los visitantes de la isla puede ser algo no siempre habitual hasta hace poco. El Carmen lleva moviéndole el trono a más de un pope de guía michelín llegado a Formentera desde hace ya tiempo. Lo hace por una simple y efectiva combinación de criterios éticos a la hora de elegir y elaborar el producto. Le suma un ambiente elegante y desenfadado que no olvida el toque familiar pues lo remata con la seña de la casa: un servicio atento, muy profesional y siempre simpático.

Este es un sello que se deriva de algo muy claro: querer hacer bien las cosas. Esa misma gastronomía de primer nivel, sin fuegos de artificio da lugar a un desayuno de primera. Y te la encuentras incluso en los productos elegidos para el minibar: irresistible abrirlo y caer en la tentación. Es de esperar que nos encontremos con algo así cuando por fin puedan abrir justo en frente el Five Flowers, su hotel hermano y primer 5* de la isla.
Localizacíón
Acabo con el consabido tema del placing: desde el Blanco podrás olvidarte tánto del coche (o moto) que, de no ser que la isla merece ser recorrida siempre, podría decirte que estás ante el lugar ideal para llegar, apagar el móvil, y no preocuparte más que de ir andando casi (casi) a todos los sitios la mayor parte de los días. Si te gusta caminar, podrás literalmente darle la vuelta al pico de arena que llega hasta Ses Illetes. Si quieres, como he comentado, salir por la noche, en Es Pujols siempre hay vida nocturna.
Y si quieres a Formentera… por favor cuida siempre a esta isla y hazla querer porque es un regalo que no tengo claro nos merezcamos ya… viajemos solos o no.